Proyectos turísticos

Expansión turística

* Versión editada del texto El megaproyecto para la península de Yucatán, escrito por Adrián Flores y Yannick Deniau (GeoComunes), en 2019, como parte de la colaboración entre Geocomunes y el CCMSS, AC.

Elaboró: CCMSS

 

De acuerdo con datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), México es el sexto país más visitado por turistas (39.3 millones de turistas internacionales en 2017) y el cuarto país con mayor aumento de turistas internacionales entre 2010 y 2017 (16 millones), después de España, EUA y Tailandia. La península de Yucatán tiene un papel preponderante en la actividad turística en México. Quintana Roo concentra la mitad de la llegada de turistas internacionales en la infraestructura hotelera del país. Los cifras de llegadas de turistas internacionales por aeropuertos confirman esta tendencia, ya que según datos de Sectur el aeropuerto de Cancún representó el 42% del total de llegadas de turistas internacionales en 2017.

Fuente: Compendio Estadístico del Turismo en México 2017 (Sectur)

La expansión de la infraestructura hotelera en la península desde 1992 corresponde, particularmente, al estado de Quintana Roo, donde el número de hoteles se multiplicó por 19 entre 1992 y 2017; en Campeche y Yucatán se multiplicó por 14 y 3.5, respectivamente. Con más de 100 mil cuartos disponibles al final del año 2017 Quintana Roo concentraba el 12.7% de todos los cuartos de hotel del país: 1 de cada 8.

Fuente: Compendio Estadístico del Turismo en México 2017 (Sectur)

 

Fuente: Compendio Estadístico del Turismo en México 2017 (Sectur)

 

El número de cuartos por hotel en Campeche y Yucatán es de 27 en promedio por hotel, mientras que en Quintana Roo alcanza los 95, lo que muestra la tendencia a un turismo de carácter intensivo y basado en grandes construcciones.

Este desarrollo de infraestructura turística en la península, además de ser masivo y concentrado en las zonas costeras, particularmente en Quintana Roo, se ha especializado en un turismo de lujo. Al final del 2017 existían 311 hoteles de 5 estrellas en la península, 227 de ellos en la zona costera de Quintana Roo, lo que representa el 35% de los cuartos disponibles en el país para esta categoría de hoteles. El 62% de los hoteles existentes en Quintana Roo corresponden a categorías de 3 estrellas en adelante.

Esta forma de turismo masiva y de lujo se explica en gran parte por el papel de Quintana Roo como principal punto receptor del turismo internacional.

 

  • El tsunami turístico-inmobiliario en Quintana Roo

La actividad turística en Quintana Roo inició en la década de 1960 y se limitaba a tres sitios: Akumal, la isla de Cozumel e Isla Mujeres. Al comenzar la década de 1970 existían tan solo 23 hoteles en Cozumel (con 72 cuartos en total) y 19 hoteles en Isla Mujeres (con 281 cuartos en total) (McCoy, 2017). En esta segunda década comienza el oleaje de grandes obras y proyectos turísticos que le dieron forma al tsunami inmobiliario que se extiende por toda la costa de Quintana Roo.

  1. Los Centros Integralmente Planeados de Cancún

La década de 1970 fue clave para la expansión turística en el estado: en 1974 se creó el Fondo Nacional de Turismo para brindar créditos de mejoramiento y desarrollo de la infraestructura turística en todo el país. Con la voluntad de diversificar los sitios turísticos existentes y saturados como Acapulco, fueron creados los Centros Integralmente Planeados (CIP). Bajo el esquema de CIP y con apoyo de la banca de desarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, el Estado mexicano estableció las condiciones para favorecer la inversión privada de capitales transnacionales y desarrollar nuevas urbes turísticas en litorales del país: Cancún, Ixtapa, Loreto, Los Cabos, Huatulco.

El CIP de Cancún fue creado en 1975 bajo la lógica de enclave, al igual que el de Huatulco, pues en ninguno de estos sitios existía un asentamiento poblacional importante o consolidado antes del establecimiento de los CIP (Dávila, 2015). De acuerdo con INEGI, en 1975 Cancún era un pueblo costero de 277 ha en el cual vivían 25 mil personas. El Plan Maestro del CIP definió una área de desarrollo de 12.7 mil ha de la cuales el 80% estaba ocupada por el Sistema Lagunar Nichupté (Fonatur, 1982). Por medio del Plan Maestro se desarrollaron las seis piezas características de los enclaves turísticos de los CIP, con un acomodo territorial claramente diferenciado: [Zoom a zona de Cancún y activación del conjunto de capas del boom inmobiliario y turístico para 1985].

  • Zona hotelera: situada en la franja costera, desarrollada en 3 etapas, abarca 25 km de playas.

  • Nuevos asentamientos: desarrollo de súper manzanas y fraccionamientos en la parte oeste y norte para recibir a la población trabajadora.

  • Viviendas turísticas o zonas residenciales.

  • Centros comerciales.

  • Marina: Puerto Cancún.

  • Campos de golf.

Para conectar este nuevo enclave con el resto del país y permitir también la llegada de turistas internacionales se construyeron dos obras de transporte fundamentales: el aeropuerto de Cancún, inaugurado en 1975, y la autopista Mérida-Cancún, inaugurada en 1993. Esta infraestructura favoreció el desarrollo de la zona hotelera, principalmente entre 1975 y el año 2000, periodo en el que se llevaron a cabo las fases I, II y III del CIP, en las que se construyeron 142 hoteles y 70% de los cuartos hoteleros existentes a la fecha.

El boom turístico-inmobiliario multiplicó entre 1990 y 2018 la extensión urbana de Cancún por diez (pasó de 1,267 a 13,392 ha). Está expansión afectó principalmente las tierras colectivas de los ejidos Isla Mujeres y Alfredo V Bonfil (72% de la expansión urbana total con 9,680 ha urbanizadas en ambos ejidos). Como muestra el visualizador, gran parte de esta expansión urbana y privatización de tierras colectivas se debe a la construcción de nuevos asentamientos humanos como fraccionamientos y zonas residenciales, y no tanto a la expansión de la actividad turística directa (zona hotelera). El aumento poblacional refuerza este hecho; el periodo de mayor aumento de población es posterior al desarrollo de los hoteles. La consolidación de la zona hotelera de Cancún entre 1980 y 1990 constituye el detonador de la gran ola de expansión urbana de Cancún entre 2000 y 2010 (con un crecimiento de 6,951 ha, esta década representa el 52% de la expansión urbana total de Cancún).

Fuente: Datos de Fonatur, Sectur, INEGI y notas de prensa

Fuente: Capas de expansión urbana y núcleos agrarios y de datos de Fonatur, Sectur e INEGI

La década de mayor crecimiento urbano en Cancún es también la de la más reciente crisis financiera mundial, durante la cual el sector de la construcción permitió absorber los capitales excedentes generados en otros sectores y convertirlos en una oportunidad de negocio bajo la forma de infraestructura urbana. La investigación cartográfica muestra la relación entre los capitales turísticos, inmobiliarios y financieros a partir de las dos fases de expansión urbana de Cancún: en un primer momento asociada con la expansión turística-hotelera y en un segundo momento con la expansión urbana. Para mantenerse y expandirse, el capital capital inmobiliario (hotelero/turístico y urbano) requiere de la incorporación constante de nuevos espacios. En esta lógica, la respuesta a la progresiva saturación de Cancún fue el desarrollo del Corredor Cancún-Tulum (Riviera Maya) a partir de 2000.

 

b) La Riviera Maya

A inicios del siglo XXI se empezó a desarrollar el corredor turístico Cancún-Tulum, bajo el nombre promocional Riviera Maya, provocando una nueva ola de expansión turística hacia el sur del estado. Este corredor de 140 km de litoral caribeño poco urbanizado representó una gran oportunidad para la expansión del modelo masivo de turismo de sol y playa.

El estado de Quintana Roo y el gobierno federal impulsaron un reordenamiento territorial importante para facilitar esta nueva ola del tsunami turístico-inmobiliario. Se crearon dos nuevos municipios (Solidaridad en 1993 y Tulum en 2008) y se realizaron obras para la ampliación a 4 carriles de la carretera federal 307 (de Cancún a Playa de Carmen en 1999 y de Playa del Carmen a Tulum en 2005). Las fechas de creación de estos municipios y ampliación de carreteras ilustran la lógica de expansión espacio-temporal de la Riviera Maya.

Aunque existían enclaves turísticos anteriores, como el complejo turístico Playacar (a un lado de Playa del Carmen) y Puerto Aventuras, la Riviera Maya experimentó la primera fase de expansión dentro del municipio de Solidaridad a partir del año 2000, con la consolidación del polo turístico de Playa del Carmen. La expansión de Playa del Carmen, que creció de 70 a 1000 ha entre 1990 y 2000, cuadruplicó su superficie entre 2000 y 2018 (de 1000 a 4.2 mil ha).

Este crecimiento se debe principalmente a la construcción de fraccionamientos en el oeste de la ciudad [Activar la capa “Fraccionamientos”] para alojar a los trabajadores de esta nueva expansión turística. Entre los nuevos desarrollos turísticos construidos en la primera década del siglo XXI están el complejo Mayakoba de 650 ha (en el noreste), con inversión de la compañía española OHL. Durante esta década se desarrollaron varios enclaves turísticos a lo largo del litoral del municipio de Solidaridad: en Puerto Morelos y Punta Maroma (entre Cancún y Playa del Carmen) y al sur del municipio (Xcaret, Xpu Ha, Xelhá).

Posteriormente, con la creación del municipio de Tulum en 2008, este crecimiento se expandió hacia el sur de la Riviera Maya (Chacalal, sur de Akumal, Tulum). Las zonas de Tulum y Bacalar son las nuevas fronteras de expansión turística con cierto reacomodo del capital turístico que propone ahora desarrollos turísticos «alternativos», «sustentables» o «ecológicos». Los actuales y futuros proyectos de reordenamiento territorial de esta región se acoplan a los nuevos paradigmas del capitalismo verde adoptados por la actividad turística, cuya estrategia de inversiones se basa en desarrollos turísticos de lujo orientados a los «hippies chics».

 

c) El transporte: clave para la expansión turística y la segregación espacial

La construcción progresiva de nuevas infraestructuras de transporte fue clave en el desbordamiento del turismo en Cancún (autopista Mérida–Cancún y aeropuerto internacional) y la Riviera Maya (ampliación de la carretera federal 307). Esas obras permiten movimientos de personas (turistas, residentes temporales y trabajadores) y mercancías (alimentos, materiales de construcción, energía, entre otros) necesarios para el mantenimiento y expansión del tsunami turístico-inmobiliario.

La infraestructura de transporte, particularmente las carreteras y autopistas, desempeña un papel fundamental y delimitador en el proceso de segregación espacial asociado a la actividad turística masiva. Como se puede observar en el visualizador al activar las capas de expansión turística, fraccionamientos y red vial, la avenida Bonampak (Cancún) y la carretera federal 307 (Riviera Maya) separan las zonas hoteleras y de residencias de lujo de las zonas de expansión de fraccionamientos (“pueblos de apoyo”), dónde se concentran los trabajadores. Esta segregación responde a las necesidades del capital turístico de mantener cercanía y al mismo tiempo separación entre las zonas de producción turística (con concentración de la riqueza) y las zonas precarias de concentración de la mano de obra barata que garantiza el funcionamiento del negocio.

Al considerar la centralidad de la infraestructura de transporte en el proceso de expansión turística y de segregación espacial, se puede dimensionar con profundidad el sentido del proyecto del Tren Maya. esta nueva infraestructura de transporte en el corredor Cancún–Chetumal, pero sobre todo los “polos de desarrollo” asociados a las estaciones de tren (hay 6 estaciones previstas en Quintana Roo) fomentarán aún más esta ola de expansión turística.

Con la propuesta de modificación del trazo del tren anunciada en junio de 2019, Tulum se podría convertir en el nodo clave de esta infraestructura (conecta los tramos hacía Valladolid, Cancún y Playa del Carmen) y en el nuevo centro del capital turístico (como Cancún y Playa de Carmen en décadas anteriores). Como la obras de transporte ya señaladas, esta nueva red ferroviaria constituye la infraestructura clave que necesita el capital turístico para consolidarse y expandirse en el estado. Reconocer el papel de las obras de transporte en el proceso de segregación espacial permite cuestionar el discurso oficial de integración territorial asociado al Tren Maya. [Ver documento: Análisis del Tren Maya].

 

d) Un modelo basado en el despojo de lo común

Las relaciones entre infraestructura de transporte, expansión urbana y turística evidencian que para mantenerse y expandirse, el capital turístico requiere de la incorporación constante de nuevos territorios y la apropiación de los recursos que los conforman. Sobre estos dos procesos se fundamentan la generación de ganancias para empresas turísticas, funcionarios y terratenientes y el despojo de los bienes comunes de los pueblos de la región.

  • Principales empresas turísticas de la región

Gran parte del sector hotelero en Quintana Roo está controlado por empresas de capital español, en su gran mayoría con sede en las Islas Baleares, quienes en 2017 controlaban el 60% de los cuartos hoteleros (Redacción, SIPSE, 2017). También se encuentran invertidos en el sector capitales estadounidenses y capitales mexicanos.

Fuente: elaboración propia a partir del DENUEE del INEGI y de investigación corporativa

 

  • Bienes comunes despojados

Tierra. La actividad turística requiere de grandes superficies de tierra para funcionar (zonas hoteleras, residenciales, campos de golf, centros comerciales, centros de convenciones, fraccionamientos, parques recreativos, entre otros). En Quintana Roo la expansión urbana se realizó principalmente en los municipios turísticos y fundamentalmente sobre terrenos ejidales. El siguiente sintetiza las reformas neoliberales que facilitaron el acaparamiento de tierras ejidales para favorecer la inversión extranjera en zonas con alto potencial turístico:

Fuente: Elaboración a partir de Camacho (2015) y las capas de esta herramienta

Con las reformas neoliberales el Estado mexicano trasladó su papel como financiador y administrador de la actividad turística al sector privado y se mantuvo como agente promotor e intermediario en los procesos de adquisición de terrenos. Frente a la presión ejercida conjuntamente por desarrolladores turístico-inmobiliarios y autoridades gubernamentales (aumento de cobros de servicios, desinformación y engaño, entre otras estrategias) muchos ejidatarios tuvieron que vender sus tierras y migrar hacia los “pueblos de apoyo” para volverse mano de obra barata explotada por la industria turística.

Agua. La actividad turística basada en complejos hoteleros o residenciales de lujo requiere de enormes volúmenes de agua para asegurar su funcionamiento (albercas, campos de golf, sanitarios, entre otros). De acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua (REPDA) el volumen de agua concesionado para la actividad turística en Quintana Roo (555 millones de m3) representa la mitad del volumen total de agua concesionada en todo el Estado (1,098 millones de m3). A continuación, se muestran los volúmenes de agua concesionados a las principales cadenas hoteleras en Quintana Roo.

Fuente: Elaboración con base en la herramienta. Debido al gran número de concesiones de agua y al hecho de que la gran mayoría de las concesiones de agua de las cadenas hoteleras están a nombre de sus filiales, las cifras pueden estar incompletas (por la dificultad a rastrear las filiales de una empresa: por ejemplo, no se identificaron las concesiones de Grupo RIU, una de las principales cadenas hoteleras en el estado).

 

Además del agua concesionada para el consumo directo e indirecto del turismo, en Quintana Roo y en la península en general existe también el problema de la privatización y mercantilización de un gran número de cenotes para usos turísticos [Activar capa “Cenotes”].

Modos de vida tradicionales. La sobre especialización en la actividad turística reduce las oportunidades para otras actividades económicas locales, en tanto que el carácter masivo del turismo provoca la pérdida de espacios públicos y comunitarios y altera la dinámica cotidiana de los pobladores.

Riqueza natural y cultural. El modelo turístico masivo, pero también gran parte del ecoturístico llamado “socialmente responsable”, despojan y aprovechan la riqueza natural paisajística (playas, selva, manglares) y cultural (cultura maya) para sostener y ampliar su proceso de enriquecimiento privado.

 

El siguiente geovisualizador incluye capas relacionadas con los proyectos turísticos en la Península de Yucatán. Si bien estas capas son de distribución pública, originalmente fueron obtenidas por el colectivo GeoComunes o como parte de una colaboración entre GeoComunes y el CCMSS. 

Entre las capas están: campos de golf, cenotes (anillo de cenotes y cenotes turísticos), expansión turística, hoteles y zonas de desarrollo asociadas al Tren Maya.